El aplomo es la dirección de los miembros con relación a un suelo horizontal.
Los aplomos tienen una marcada influencia sobre la línea dorsal, por consiguiente sobre el porte general del perro así como sobre su máximo potencial para las disciplinas deportivas.
Determinan una buena sustentación, al igual que una buena distribución del peso sobre las articulaciones y los pies.
En general para que el aplomo de un miembro sea correcto, su eje rector tiene que ser vertical.
En efecto, una desviación con relación a la vertical entraña una sobrecarga de las articulaciones y de la superficie plantar (del lado de la desviación) y, por consiguiente, una fatiga prematura de esas articulaciones, de los tendones y de los diferentes ligamentos (lo que representa, por ejemplo, una desventaja particularmente molesta para los perros de trabajo).
Por lo tanto, los aplomos no solo son relevantes desde los puntos de vista teórico y estético, sino que son realmente prácticos, por que ese perro va a caminar, correr, etc.
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